En tres grupos de protozoos patógenos – los tripanosomas, las leishmanias y los agentes de la malaria del género Plasmodium – parte del ciclo biológico transcurre en un insecto vector. El insecto sirve de vector para la transmisión del patógeno de un ser humano a otro.
Hay dos grupos de tripanosomas: las especies africanas, Trypanosoma gambiense y T. rhodesiense, que son transmitidas por la mosca tsé-tsé (Glossina spp.), causan la enfermedad del sueño, y la especie americana, T. cruzi, que es transmitida por hemípteros triatómidos y causa la enfermedad de Chagas.
Los tripanosomas se multiplican en el torrente sanguíneo y las formas americanas lo hacen también en las células del retículo endotelial. El daño que causan al hospedador parece estar determinado por toxinas o por alérgenos, que afectan principalmente el sistema nervioso central y el músculo cardiaco.
Leishmaniasis. Las leishmanias son transmitidas por moscas de los arenales (del género Phlebotomus. Leishmania donovani, el agente de la enfermedad denominada kalaazar, se multiplica en las células reticuloendoteliales del bazo, hígado, medula ósea y ganglios linfáticos.
Malaria. Los parásitos de la malaria (del género Plasmodium) tras la inyección por el mosquito, se desarrollan primeramente en células parenquimatosas del hígado y luego dentro de los eritrocitos o glóbulos rojos. Sólo la hembra del mosquito Anopheles transmite el protozoo, ya que el macho no chupa sangre. Los efectos patológicos de la infección se producen principalmente durante la última fase. Se desarrolla una anemia como consecuencia de la destrucción de glóbulos rojos, pero la anemia que se ve en la malaria no es suficiente para explicar los síntomas de la enfermedad. Más bien parece que durante el ciclo dentro de los glóbulos rojos son liberados factores que causan daños en la medula ósea, bazo, riñón y otros órganos. Todavía no se sabe si estos factores son productos del parásito o del hospedador. Las enfermedades causadas por parásitos transmitidos por insectos están restringidas a las regiones del mundo que constituyen los hábitats naturales de sus insectos vectores. Así pues, la enfermedad del sueño se encuentra solamente en partes de África, y la enfermedad de Chagas se encuentra sólo en ciertas regiones de América Central y del Sur. La malaria, sin embargo, puede existir casi en cualquier parte del mundo, como consecuencia de la extensa distribución del mosquito Anopheles, Pero como en muchas regiones de las zonas templadas se ha conseguido el control o erradicación de Anopheles, hoy día la malaria está generalmente limitada a los trópicos y subtrópicos.
Dentro de una determinada región geográfica, la enfermedad transmitida por un insecto existe de acuerdo con pautas que reflejan tanto los hábitats locales de los insectos (por ejemplo, las aguas estancadas donde se aparea Anopheles) como las variaciones estacionales en cuanto a su abundancia.
Hay dos grupos de tripanosomas: las especies africanas, Trypanosoma gambiense y T. rhodesiense, que son transmitidas por la mosca tsé-tsé (Glossina spp.), causan la enfermedad del sueño, y la especie americana, T. cruzi, que es transmitida por hemípteros triatómidos y causa la enfermedad de Chagas.
Los tripanosomas se multiplican en el torrente sanguíneo y las formas americanas lo hacen también en las células del retículo endotelial. El daño que causan al hospedador parece estar determinado por toxinas o por alérgenos, que afectan principalmente el sistema nervioso central y el músculo cardiaco.
Leishmaniasis. Las leishmanias son transmitidas por moscas de los arenales (del género Phlebotomus. Leishmania donovani, el agente de la enfermedad denominada kalaazar, se multiplica en las células reticuloendoteliales del bazo, hígado, medula ósea y ganglios linfáticos.
Malaria. Los parásitos de la malaria (del género Plasmodium) tras la inyección por el mosquito, se desarrollan primeramente en células parenquimatosas del hígado y luego dentro de los eritrocitos o glóbulos rojos. Sólo la hembra del mosquito Anopheles transmite el protozoo, ya que el macho no chupa sangre. Los efectos patológicos de la infección se producen principalmente durante la última fase. Se desarrolla una anemia como consecuencia de la destrucción de glóbulos rojos, pero la anemia que se ve en la malaria no es suficiente para explicar los síntomas de la enfermedad. Más bien parece que durante el ciclo dentro de los glóbulos rojos son liberados factores que causan daños en la medula ósea, bazo, riñón y otros órganos. Todavía no se sabe si estos factores son productos del parásito o del hospedador. Las enfermedades causadas por parásitos transmitidos por insectos están restringidas a las regiones del mundo que constituyen los hábitats naturales de sus insectos vectores. Así pues, la enfermedad del sueño se encuentra solamente en partes de África, y la enfermedad de Chagas se encuentra sólo en ciertas regiones de América Central y del Sur. La malaria, sin embargo, puede existir casi en cualquier parte del mundo, como consecuencia de la extensa distribución del mosquito Anopheles, Pero como en muchas regiones de las zonas templadas se ha conseguido el control o erradicación de Anopheles, hoy día la malaria está generalmente limitada a los trópicos y subtrópicos.
Dentro de una determinada región geográfica, la enfermedad transmitida por un insecto existe de acuerdo con pautas que reflejan tanto los hábitats locales de los insectos (por ejemplo, las aguas estancadas donde se aparea Anopheles) como las variaciones estacionales en cuanto a su abundancia.