ADN facultativo. Las bacterias pueden albergar fuera del nucleoide elementos de ADN portadores de genes que codifican nuevas funciones que facilitan la adaptabilidad bacteriana al medio ambiente.
Este ADN no es indispensable para la supervivencia bacteriana pero confiere una ventaja selectiva a la bacteria que lo alberga. No forma parte del genoma.
El ADN facultativo está organizado básicamente en estructuras definidas (plásmidos, transposones, secuencias de inserción) y es adquirido mediante mecanismos de transferencia genética como la conjugación, la transferencia y la transducción.
En bacterias que se multiplican a gran velocidad puede haber una mutación en alguna de estas multiplicaciones que puede ser favorable (sobreviviendo así a factores adversos. Por ejemplo, traspasándose un fragmento genético que lo haga resistente a determinados ambientes) o desfavorable.
Este ADN no es indispensable para la supervivencia bacteriana pero confiere una ventaja selectiva a la bacteria que lo alberga. No forma parte del genoma.
El ADN facultativo está organizado básicamente en estructuras definidas (plásmidos, transposones, secuencias de inserción) y es adquirido mediante mecanismos de transferencia genética como la conjugación, la transferencia y la transducción.
En bacterias que se multiplican a gran velocidad puede haber una mutación en alguna de estas multiplicaciones que puede ser favorable (sobreviviendo así a factores adversos. Por ejemplo, traspasándose un fragmento genético que lo haga resistente a determinados ambientes) o desfavorable.